Los colores de los bastones guía





Mucha gente conoce al bastón blanco, el más conocido de todos y que identifica a las personas con ceguera en todo el mundo. Sin embargo, aunque no sean tan conocidos, existen otros colores en los bastones. Quizás en España apenas haya evidencia de ellos pero están en proceso.

El bastón Blanco

Es un apoyo que ayuda a las personas invidentes a moverse por la ciudad y al mismo tiempo les identifica y permite que otras personas puedan ayudarles cuando lo necesiten.
Basta hacer una pequeña búsqueda por internet y podemos encontrarnos con varias historias que podemos considerar paralelas en la invención del bastón blanco.
La más temprana data de 1921 cuando James Biggs, un fotógrafo inglés que se había quedado ciego, decidió pintar su bastón de blanco para que le pudieran identificar mejor. Diez años más tarde, en 1931, nos encontramos con el francés Guilly d’Herbemont y el argentino José Mario Fallótico. Este último es el que se conoce generalmente como el padre del bastón blanco aunque nunca patentó su invento. La motivación principal de José Mario era cómo poder identificar a las personas invidentes para poder ayudarles.
Pero si José Mario no lo patentó si llegó su invento a Estados Unidos y allí Geroge Benham, el presidente de Club de Leones de Illinois propuso la utilización de un bastón blanco con la puntera roja por parte de las personas con discapacidad visual grave o ceguera. Y así fue como se generalizó este símbolo que hoy en día es conocido en todo el mundo.

Pero, al principio de su historia, el bastón blanco solo era utilizado para identificar a las personas con discapacidad visual, sin embargo, tras la segunda guerra mundial su uso pasó de ser un mero identificador a ser un elemento clave en la movilidad de estas personas.

El bastón blanco y rojo

Aunque la Federación Mundial de Sordociegos (World Federation of the Deafblind-WFDB) lo ha establecido hace tiempo como el símbolo que identifica a las personas con sordo-ceguera, en España empieza a conocerse en el año 2016 gracias a la iniciativa de La ONCE, a través de su Fundación para la Atención de las Personas con Sordoceguera (FOAPS), en colaboración con la Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España (FASOCIDE) y la Asociación Española de Familias de Personas con Sordoceguera (APASCIDE).

No existen unas directrices exactas de cómo deben ser estos bastones pero en el caso español se prefiere que el tramo final (el que va pegado al suelo) sea blanco y luego se vaya alternando el rojo y el blanco.

Gracias a esta combinación de colores en el bastón la gente podrá identificar a la persona con sordo-ceguera y ayudarle teniendo en cuenta sus circunstancias ya que no es lo mismo no ver que no ver ni oír. La ayuda es diferente.

El bastón verde

En este caso debemos mencionar que son los menos conocidos y más recientes. Su aparición comenzó en América latina en 1998,  gracias a la  Prof. Perla Catherine Mayo, Presidenta de la Fundación El derecho a Ver y Directora del Centro de Baja Visión. Argentina/ Uruguay. Y desde el 2002 en Argentina la Ley 25.682 estableció el uso del bastón verde, como instrumento de orientación y movilidad para las personas con baja visión.

Su función, por lo tanto, es identificar a la persona que tiene baja visión, aquella que tiene entre 1/3 y un 1/10 de la visión normal o un campo visual igual o menor de 20° (lo normal es 180°) hechas todas las correcciones posibles.

La cuestión es por qué es necesario este bastón. La respuesta es muy sencilla, no es lo mismo no ver nada que tener algún resto visual aunque sea mínimo, además el colectivo de baja visión muchas veces se vuelve invisible a la sociedad al no tener las mismas necesidades pero sí otras que muchas veces pasan desapercibidas.

El bastón amarillo

El caso del bastón amarillo es peculiar puesto que en algunos países se utiliza como sustituto del blanco y en otros, como en Latinoamérica, del verde.

¿Cómo se usa un bastón guía?

Utilizándolo mientras camina, una persona con ceguera puede localizar obstáculos terrestres y orientarse en sus recorridos diarios lo cual le da una mayor autonomía e independencia.

Sujetando la empuñadura, la persona invidente va realizando arcos a su alrededor al hacer girar la bolita que tiene en el otro extremo el bastón. De ese modo obtiene información de su entorno. Si no lo habéis probado os aconsejo que lo intentéis, podréis comprobar lo difícil que es no ver y lo que puede ayudarnos un bastón si conseguimos cogerle el truco (cosa que no se hace de un día para otro).


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